Opinión de la Semana: Gruto Parkas

La historia reciente de Europa está todavía llena de cicatrices, heridas sociales que se van cerrando poco a poco. Sin embargo, quedan vestigios de ese pasado que seguramente ayudarán a comprender una época, el siglo XX, a las próximas generaciones. Los nietos de nuestros nietos estudiarán nuestras heridas, como hoy en día nosotros aprendemos de las heridas de quién vivió las Cruzadas o la colonización de América.

Aunque aquel día no llevaba su mejor cámara de fotos, nuestro amigo Joselisto visitó uno de estos lugares donde tanto pesa aún el pasado. Se trata del Gruto Parkas, en Lituania. En trivago podéis leer la opinión que dejó, pero siempre se pueden contar muchas cosas más:

"Gruto Parkas es un parque muy especial, en realidad una arboleda de abedules rodeada por un foso con agua, vallas alambradas y torretas de madera. La sensación es angustiosa, porque intenta parecerse a un campo de concentración soviético. Recuerdo una anécdota muy graciosa: uno de nuestros acompañantes pidió un plato de setas, una variedad muy apreciada en Lituania. A pesar de que era uno de los platos más caros del menú, dijo que en Lituania se consideraban las setas más baratas del mercado, porque una vez que las "evacuabas" las podías volver a comer (parece ser que nuestro organismo no las digiere bien). Pido disculpas por lo escatológico.

Para los visitantes que encuentren tedioso lo de ir paseando y mirando estatuas, existe la posibilidad de recoger bayas silvestres, que se encuentran en grandes cantidades por todas partes dentro del parque. Principalmente había arándanos y fresas silvestres." - Joselisto