
DIA 2 DE OCTUBRE
Salimos sin ningún retraso de Barajas, en el avión de Easyjet a las 16.15 de las tarde y llegamos a Edimburgo a eso de las 18.00 (allí es una hora menso que en España). Nada más llegar, y recoger la maleta, nos dirigimos a Información y Turismo, Visitscotland, tal cual nos habían dicho, para recoger una bolsa con todo lo necesario para nuestro itinerario.
En el viaje, además de los vuelos y los hoteles, nos entraba un coche de alquiler y entradas para visitar el centro de exposiciones del Loch Ness, el Urquhart Castle y un crucero por el Lago.
En Visitscotland fueron muy amables y nos ayudaron para acceder al shuttle que nos llevaría a recoger el coche, el cual,por supuesto....¡Se conducía al revés que es España!
La verdad,la primera impresión es que "nos íbamos a matar" ya que teníamos que llegar al centro de Edimburgo de noche, lloviendo y conduciendo al revés, pero....con mucho cuidado y el santísimo GPS que llevamos, conseguí hacerme con aquella máquina infernal y llegar sana y salva al hotel.
El hotel, El Mc Donald Holyrood, estaba muy bien situado (podeis ver la opinion que escribi sobre él ) y nada más hacer el check-in y dejar las cosas, salimos a dar una vuelta por Edimburgo, a ver que tal. La primera impresión fue muy buena, nos gustó mucho. Llegamos hasta la Royal Mile y....qué bonita!!!!Nos encantó! Aunque hacía un frío más que considerable, recorrimos todo lo que pudimos para ir memorizando lo que queríamos ver el día que pasaríamos en la ciudad.
Había varios grupos de personas que formaban parte de tours sobre fantasmas en Edimburgo, y algunos de los guías iban vestidos como en "Vampiros". Muy curioso.
Volvimos al hotel con la promesa de la vuelta.Nada más llegar nos metimos en nuestras calentitas camas y nos dormimos, ya que al día siguiente nos levantaríamos pronto para ver más cosas.
DIA 3 DE OCTUBRE
A las 7 de la mañana, listas y preparadas, salíamos del hotel rezando porque el GPS funcionara.En este día teníamos que recorrer unos 500 kilómetros de un sitio a otro , según la ruta que nos habían dado.¡Íbamos en dirección a las Highlands!Comenzamos nuestra ruta admirando las hermosas vistas, verdes y brillantes, que llegaban hasta el final del horizonte.Pronto, aunque aún no me lo crea, me acostumbré a conducir "al revés" y pude disfrutar del paisaje.La dirección que llevábamos marcada era hacia Woodland Garden,y llegaríamos mas o menos en dos horas, pero antes de eso, pasamos por el Loch Lommond, en el cual nos dimos cuenta de lo bien organizado que tienen los atractivos turísticos en este país. Había una tienda, heladería, servicios púbicos, y zona para picnic. Me encantó el lago, era muy bonito y ofrecía unas vistas maravillosas, que, unido a que hacía sol...
Después continuamos hasta Woodland, que es un bosque enorme en el que puedes ir paseando por senderos,viendo el tipo de cada especie vegetal en los carteles, disfrutar del sonido de los riachuelos que lo atraviesan, ver los nenúfares en las lagunas....desde luego, si los gnomos existen, ése es su lugar de residencia.
Tras disfrutar de todo ésto, que no es poco, seguimos por la carretera, haciendo caso al GPs, hacia Aviemore, el pueblo en el que nos alojaríamos los dos días siguientes. Las carreteras cada vez se hacían más difíciles, eran directamente proporcionales a la belleza del paisaje, a más árboles y lagos, menos carriles y más estrechuras. Llegamos a encontrarnos con un solo carril para ambos sentidos con apartaderos...pero, tras un rato de dificultades en la conducción..llegamos a Killin. La verdad, llegamos por casualidad, no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar: Las Cascadas de Dochart, preciosas, indescriptibles, chulísimas....el pueblo es muy pequeñito, la verdad, pero monísimo, como casi todos los que nos encontramos, con su típica construcción, sus jardines, su simpática gente....estuvimos admirando por un rato el paisaje y nos acercamos al centro de visitantes, que está situado en un antiguo molino rehabilitado...
Al rato, seguimos el camino hacia Aviemore, con un poco de miedo de que se nos hiciera de noche en esas carreteras de Dios. Aún nos quedaba al menos hora y media de preciosos paisajes a lo largo de nuestro camino.
Cuando llegamos a la localidad, nos sorprendió un poco ver que era un pequeño pueblecito, de estos como en Sierra Nevada, que tienen tiendas dedicadas al sky ...y es que había nieve!El hotel, el Mc Donals Aviemore Resort, estaba a la entrada, muy fácil de encontrar: realizamos el check-in rápidamente (podeis leer la opi) y nos cambiamos para salir a explorar el pueblo. Acabamos rápido, ya que era chiquito, pero nos gustó bastante.
Pronto estuvimos en la habitación,entre otras cosas porque las tiendas cerraban a las 18.00, preparadas para dormir mucho y levantarnos pronto al día siguiente.
Era el gran día, íbamos a visitar el Lago Ness. En principio, en las informaciones que nos habían dado, nos decían que visitáramos primero la Inverness y luego pasáramos todo el resto del día en el Lago Ness, pero viendo que el día no acompañaba mucho, puesto que llovía un montón, decidimos hacerlo al revés. Condujimos durante una horita hasta llegar al Centro de Interpretación, en el que no estuvimos mucho tiempo porque realmente no vimos nada interesante que ver, sólo vídeos que no nos aclaraban mucho....Entonces, seguimos por un par de kilómetros para llegar al Urquhart Castle,que pudimos visitar y encima con las entradas incluidas. Nos gustó un montón, a pesar de que está un poco destrozado ( la historia dice que en la última guerra en la que se vio envuelto lo hicieron explotar para que no se pudiera volver a usar), lo cuidan con mimo. El castillo preside el lago y es muy bonito de ver desde sus torres.
Luego, empapadas, pero sin por ello dejar de explorar, dimos una vuelta por el lago y llegamos a donde íbamos a coger el barco para hacer el paseo por el lago (también de gorra, jeje). Durante el paseo, llegamos a varias conclusiones con respecto a Nessie:
1.-Con lo fría que estaba el agua( la toqué), no es posible que ningún bicho pueda vivir ahí.
2.- Con lo sucia que estaba el agua, es negra dicen por la turba y por los sedimentos, si vivía en el lago, ya se habría chocado con algún barco/roca.
En definitiva, que no vimos al monstruo, pero si paisajes monstruosos y preciosos, que guardaremos en la retina para siempre.
A la tarde, tras comer, nos dirigimos a Inverness, que dicen es la capital de la Highlands, y que también nos gustó mucho. Es una localidad bastante grande,moderna y con muchas cosas para ver. La pateamos enterita, desde los lugares más turísticos hasta las tiendas de ropa, jeje.
Como anécdota, decir que cuando estábamos visitando la catedral, escuchamos gaitas y vimos llegar una boda...pues como ya estábamos allí...nos quedamos a ver como son las bodas. Los chicos llevan el traje escocés tradicional y las chicas, pues llevan vestidos largos, como nosotras.... Nos pareció que los llevaban un poco más corto de lo que lo llevaríamos aquí en España y dedujimos que sería para no arrastrarlos por los charcos.Eso si, son más serios que nosotros, ni vivan los novios, ni que se besen..a mi porque me paró Bloondy que si no....
Otra cosa curiosa es cómo el amor patrio te llega cuando no estas en tu país. Paseando, paseando llegamos a la puerta de un restaurante llamado La Tortilla Asesina, en el que se ofrecen "tapas españolas"....nos faltó hacer la ola cuando leímos patatas ali-oli y calamares a la romana...jeje.
La verdad es que se nos hizo muy corta la tarde, seguro que algunas cosas no vimos, pero estuvimos en un mercadillo callejero, en todas las "atracciones turísticas" que vimos, en tiendas de ropa, en un todo a 1 pound....
Llegamos al hotel tan cansadas que nos duchamos y nos metimos en la cama, al día siguiente teníamos que recorrer bastantes kilómetros para llegar a Edimburgo, lugar que desde que llegamos decidimos recorrer,y el avión salía a las 19 horas, con lo que nos íbamos a levantar muy temprano.

DIA 5 DE OCTUBRE
Nos levantamos tan temprano que casi ni estaba abierto el restaurante para desayunar. Hicimos el check-out a través de la TV interactiva y nos marchamos, deseando llegar pronto a Edimburgo. Por el camino fuimos parando varias veces para ver los fantásticos lugares y las hermosas vistas, todo verde, que encontrábamos. Pero, a pesar de ello, a las 11 más o menos estábamos en la ciudad, encontramos aparcamiento(pagando, claro) y recorrimos de arriba a abajo la Royal Mile, que me pareció asombrosa;el Castillo, que es impresionante y merece la pena; la cantidad ingente de edificios e Iglesias que merecen la pena verse... Cotilleamos todas las tiendas, en especial una dedicada exclusivamente a artículos navideños, y vimos a un gaitero tocando en la calle. A cada paso que dabamos encontrabamos algo digno de verse. Merece la pena. Alrededor de las 17, encantadas, hipnotizadas por la ciudad y con la promesa de vuelta, nos despedimos de Edimburgo y marchamos hacia el aeropuerto, para regresar.
Sin duda, un viaje alucinante, encantador, maravilloso y muy bien planificado. Gracias!
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